Un poco idiota.
Tener la sensación de que un pedazo de tu alma se va con ellos. Con su historia. Con lo que te han hecho vivir.
Acostumbrada a vivir con ellos todas las aventuras de sus vidas. De criticar sus decisiones.
Pero al fin y al cabo, a acostumbrarte a ser parte de ese todo.
Ahora más no.
Todo termina. Y tu estás aquí.
Preguntándote ahora qué.
Son muchas despedidas últimamente, muchos vacíos sin querer, ni poder ser rellenados.
Muchos pedacitos de alma con historia que se apelotonan en la boca del estómago queriendo salir.
Irse, de nuevo.
No sé si esto es simplemente el entrenamiento para las despedidas que vendrán. Los adiós a las personas que creímos eternas. El entender por fin, que nada es permanente. El crecer. El llorar. El aceptar los finales.
Y por ende, aceptar las despedidas.
Odiarlas, pero acostumbrarse a ellas.
Algunas despedidas nos dejan marcas que no se curan nunca... Te mando muchos besos <3
ResponderEliminarY lo duro que puede llegar a ser darse cuenta y aprender a vivir con ello.
EliminarMuchas besitos♥♥