Andaba cual vagabundo por las calles, ¿para qué volver a casa?, no había razón para ello.
Por la calle al menos encontraba lo que quería, soledad y silencio siempre que se ignoraran las miradas desaprobatorias de la gente.
Es fácil hablar sin conocer a la
gente, su
historia ni su
alma.
Lo tomaban por un vagabundo, un raro y un loco, y lo era, todo a la vez; vagabundo por la mendicidad de sentimientos reales, raro por no perder nunca la fe a pesar de ser esta la misma que lo ha llevado al abismo, y loco, porque a pesar de haber caído al abismo seguía creyendo en las personas.
Pobre iluso.
Que lindo blog y que gran mensaje que tantas personas deberían aprender.
ResponderEliminarTe ganaste a una seguidora más.
¡SE MUY FELIZ! :):)
Muchas gracias por el apoyo y el comentario. Besos:)
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