El gran fallo fue no parar las cosas a tiempo, y permitir que todas nuestras emociones salieran y nos invadieran.
El fallo de permitir que me enamorara de ti, que llegara el punto en el que fuese demasiado tarde.
Fue cuando choqué de bruces con la imagen ficticia que me había cegado, fue cuando te maldije y maldije todo lo maldecible por haber permitido todo aquello.
La gente aún se pregunta por qué, no se explican cómo pasamos de la perfecta luna de miel a la soledad del precipicio abismal.
Simplemente no entienden, que es, probablemente lo más duro que he hecho.
amor complicado y tan delicado.
ResponderEliminarmi blog es:
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saludos
Al fin y al cabo todos somos tremendamente complicados, tal vez por eso hagamos de lo más fácil, lo más complicado.
ResponderEliminarUna entrada perfecta :)
Un besito.